Esta es la historia de un pueblo de la costa asturiana que un buen día amaneció con una sensación extraña y una serie de acontecimientos de difícil explicación…
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SINOPSIS
Esta es la historia de un pueblo de la costa asturiana que un buen día amaneció con una sensación extraña y una serie de acontecimientos de difícil explicación… Lucía, una simpática niña aficionada a investigar el mundo a su alrededor, y el Sabicheiro, un tipo también bastante «curioso», con la ayuda de otros peculiares vecinos del lugar, intentarán descifrar la causa y solución de tantos misterios. Una gran aventura para toda la familia, sobre el poder de la imaginación y la fuerza de la niñez. Incluye una completa guía didáctica con actividades para trabajar en valores.
En las primeras líneas de este relato se cuenta que a Lucía le encantaba conocer, explorar, investigar sobre el mundo que la rodeaba… Gracias a esta guía podremos hacer algo parecido. Y es que nos servirá de exprimidora para sacar todo el jugo a esta historia.Además, nos animará a realizar de forma conjunta una serie de actividades y a «navegar» en busca de muchas curiosidades.
Una de las grandes enseñanzas de este cuento está dirigida a las personas no tan jóvenes. Personas que, en ocasiones, se van desprendiendo de aquello que han aprendido durante su niñez: la inocencia, las ganas de descubrir…
Unido a esta pérdida está el hecho de que, en ocasiones, las personas mayores no ven la importancia de compartir con la niñez y juventud actividades, juegos, tiempo…
Por ello os proponemos una cosa: que, grandes y pequeños, podamos compartir aquellas cosas sencillas que nos gustan, que nos entretienen en la actualidad o lo hicieron hace tiempo. También podemos pasar momentos juntos, compartir experiencias, vivir aventuras. Esto hará que nos lo pasemos mejor, que seamos más felices y que nos conozcamos y ayudemos mucho más.
El árbol de nuestro cuento tenía un problema a simple vista, y es que era muy difícil de abrazar. Una sola persona no podía abarcar ese tronco tan ancho. Necesitaron cinco o seis personas para rodearlo en su conjunto.
Al igual que el árbol de nuestro cuento, en el mundo hay personas que están atravesando por un mal momento y les cuesta aceptar nuestra ayuda, aunque esta tan solo consista en poder acercarnos a esa persona a través de la empatía y mostrarle nuestro apoyo y cariño. Hemos de aprender que, como ocurre en el cuento El Sabicheiro, en estos casos es importante que intentemos hacer un esfuerzo y permanecer al lado de las personas que lo necesitan, aunque a veces no nos pidan ayuda. También es importante que pidamos ayuda cuando la necesitemos, que no callemos. Hay una canción muy bonita que explica muy bien todo esto, y dice así…
Suéltate y ya cuéntame,
que aquí estamos para eso.
Pa lo bueno y pa lo malo.
Llora ahora y ríe luego.
Os dejamos una versión que hicimos hace tiempo con un grupo de chicos y chicas de distintos colegios.
El Sabicheiro llegó a El Escarapocho tras haber encontrado la botella en una de las cuevas de la playa del pueblo. Nunca supimos cómo pudo haber llegado hasta allí, y por eso os queremos proponer una actividad muy entretenida: inventa un relato que complete esa parte de la historia sobre quién pudo haber dejado la botella con el mensaje en la cueva. No queremos daros muchas pistas para que lo inventéis solos o en compañía. Simplemente piensa… ¿cómo llegó esa botella con ese mensaje a la cueva?, ¿quién quiso ayudar al pueblo a que se diese cuente de lo que estaba perdiendo?, ¿cómo dejó la botella en la cueva?
Os vamos a dejar un correo electrónico (nosotros no nos comunicamos por mensajes en botellas) para que nos enviéis vuestra historia y, a su vez, nos digáis qué os ha parecido este cuento: elsabicheiro@emeespacio.es.
El nombre del bar del pueblo no ha surgido de la casualidad. Es el nombre que amigas y amigos de la infancia habíamos decidido poner a un bar si en algún momento nos diera por montar uno. Ya que de momento no hemos creado este bar en la realidad, nos ha parecido una buena oportunidad regalar este nombre al de Antón.
El nombre del bar proviene de un animal, muchas veces cargado de mala fama y malas intenciones. Es el nombre que en Tapia de Casariego, un pueblo asturiano muy parecido al del cuento, se le da al pez escorpión, también conocido como areneru, escarapote, pez araña o faneca brava. Es un pez típico de aguas frías del mar Mediterráneo y del este del océano Atlántico. Suele medir unos treinta centímetros, es alargado y comprimido, tiene un opérculo con espina venenosa dirigida hacia atrás y ojos muy dorsales y juntos. Vive semienterrado en el fondo arenoso.
El escarapocho tiene muy mala fama, porque al estar enterrado en la arena, durante la marea baja, ha «picado» a muchos bañistas. No obstante, su intención no es la de hacernos daño. Pues somos los bañistas quienes los pisamos mientras ellos están debajo de la arena preparados para poder cazar crustáceos o pequeños peces.
En la vida, fuera de las playas, en ocasiones nos encontramos con muchos «escarapochos», es decir, personas que, aunque no tienen la intención de hacernos mal, nos infligen daño de alguna forma. Nosotros a veces interpretamos que pretenden lastimarnos de manera intencionada y ni siquiera les damos oportunidad de que se expliquen. Para evitar esto tenemos que escuchar más; no solo oír, sino también escuchar.
Nuestra propuesta esta vez sí que es sencilla: escuchemos más, y no hagamos una cosa muy mala llamada prejuzgar, que no es otra cosa que hacer un juicio de algo o de alguien sin tener un conocimiento suficiente de esa persona o de esa situación.
Según el Diccionario general de la lengua asturiana, «sabichero/a» o «sabicheiro/a» es una persona sabionda o que se dedica al mal hábito de husmear, es decir, a indagar en la vida de las otras personas.
La «curiosidad» con que se presenta al Sabicheiro en el cuento no es la misma que la que Carmen, abuela de Lucía, le otorga a su nieta. El Sabicheiro tiene la afición de curiosear en la vida de los demás, mientras que Lucía ocupa su tiempo en saber y conocer lo interesante que es el mundo.
En ocasiones tenemos a un sabicheiro dentro de nosotros, que se dedica más tiempo del debido a husmear y, en no pocas ocasiones, a buscar y encontrar defectos en otras personas. A veces nos damos cuenta de que nos cuesta mucho decir cosas buenas de las personas que nos rodean, pero describir algún defecto se convierte en algo sencillo.
Queremos hacer una propuesta, una bonita y, además, muy sana propuesta. Es la siguiente: pensemos en personas conocidas y… ¡hablemos bien de ellas! Simplemente eso. Busquemos aquellas cosas que se les den bien, aquellos momentos agradables que hemos pasado a su lado, aquellas cualidades positivas. Seguro que tendrán sus «defectillos», pero esa parte menos buena no nos importa, dejémosla a un lado y sigamos buscando. Puede que nos resulte raro e incluso artificial al principio, pero continuemos con la propuesta; y cuando acabemos, elijamos a otra persona y ¡vuelta a empezar!
Un juego clásico que ha pasado de generación en generación es ese que consiste en lanzar piedras al agua para lograr que reboten, conocido como hacer ranas, cabrillas, patitos, sapitos o la chata. Pero técnicamente tiene un nombre: epostracismo.
Este juego ya era practicado hace miles de años, en tiempos de la Antigua Grecia. El poeta Homero describía una apuesta entre Jasón y Hércules para ver quién hacía rebotar más veces una piedra sobre al agua. También los romanos competían, pero ellos lo realizaban con conchas marinas.
En la actualidad hay competiciones de epostracismo con piedras, donde gana el que más rebotes consigue antes de que el canto se sumerja. Según El libro Guinness de los récords, la mejor marca mundial de saltos consecutivos de una piedra en el agua tiene la increíble cifra de ochenta y ocho rebotes. Y lo logró el estadounidense Kurt Steiner el 6 de septiembre de 2013, en Red Bridge, cerca de Kane, Pensilvania, en Estados Unidos.
Os proponemos que practiquéis, pero para ello os vamos a dar unos trucos que no podéis olvidar:
¿Habéis superado el récord de Lucía de nueve saltos? Pues hay que seguir intentándolo.
Si sustituyes esa piedra por un disco volador o frisbee, y en vez de lanzarlo al mar lo haces hacia una canasta metálica situada en tierra, disfrutarás de algo que se llama disc golf. ¿No lo conoces? Sigue navegando entonces…
El Sabicheiro tuvo varias apariciones en los medios de comunicación. Apariciones en Prensa, como en La Nueva España, entrevistas en radio, y en la TPA
TALLERES “ENTRANDO EN LA MINA” /“LEVANDOANCLAS”
Alrededor de estos cuentos desde EME Espacio hemos creado distintos talleres educativos. A la vez que se narra el cuento se irán realizando distintas pruebas y dinámicas relacionadas con el cuento. Se podrán narrar los cuentos o hacer los talleres una vez han sido leídos en clase.
Entre las pruebas que deberán realizar nos encontramos las siguientes:
– Juego de parejas.
– Adivinanzas.
– Puzzles.
– Búsqueda en la oscuridad.
– Mensajes secretos.
– Pruebas de atención.
– …
Una actividad taller que puede variar en su duración, entre 45 y 90 minutos (en función de las distintas pruebas que se realicen).
ENCUENTRA YA LOS CUENTOS
Una bisabuela quiere encontrar su cuento favorito para contárselo a su bisnieto el pequeño Xuan, pero no lo encuentra. Nuestra misión es la de ayudar a encontrarlo.
ENCUENTRA YA los cuentos es una actividad de escape room donde tendremos que ir redescubriendo una serie de cuentos clásicos y jugando con ellos. Según vayamos superando los juegos de cada cuento encontraremos la combinación para un nuevo candado que guarda un nuevo cuento en una caja. Si conseguimos superar la prueba no solo llegaremos a encontrar el cuento final si no que además descubriremos de forma misteriosa todas las enseñanzas de los cuentos clásicos de los que hemos ido hablando.
Tendremos pruebas distintas: puzles, construcciones, enigmas y acertijos …
COMO SE ESTRUCTURA EL ESCAPE ROOM
Como se ha explicado, el diseño de la actividad está organizado de tal forma que el material se podrá llevar a distintos colegios, aulas, centros …
Se adaptará en función del número de participantes, cuando se realice en aulas de unos 20-25 personas, o cuando se trate de un menor grupo (5-10 participantes). La dificultad variará gracias a distintas pistas que se les puedan ir dando a los participantes.
La duración de la actividad se estima en una hora, siendo 45 minutos el tiempo que tendrán los participantes para poder solucionar la misión.
Se propone la posibilidad de llevar a cabo la actividad por clases en los distintos cursos de primaria. La actividad se adaptará a los distintos cursos.